jueves, 30 de septiembre de 2010

Simposio Internacional Actualización en Logogenia e Intervenciones en Discapacidad Auditiva

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 Tengo en honor de invitarlos al primer Simposio Internacional Actualización en Logogenia e Intervenciones en Discapacidad Auditiva, organizado por la Fundación Dime Colombia. En este evento participaré como ponente con el tema "La evaluación de la competencia lingüística del español escrito. ESACTIV.L. Escala de activación de la competencia lingüística en el sordo. (Desde una perspectiva Generativista)".



jueves, 2 de septiembre de 2010

¿Una reforma ortográfica del castellano?

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Mucho se ha hablado, propuesto y especulado sobre una posible reforma ortográfica de la lengua española. Dicha reforma se ha propuesto en dos vertientes: la ortografía literal y la ortografía acentual. Tales propuestas apelan a dos razones:

  • Democratizar la norma escrita, que toma actualmente como modelo un dialecto muy minoritario (el del centro y norte de España).
  • Tender a una representacion fonémica, al menos dentro del dialecto que se tome como referencia.

Esto deja de lado el valor histórico que por muchos siglos se ha guardado y reconocido a la lengua. Si bien es verdad que la lengua es un ente vivo que se transforma y se re-crea una y otra vez, también es cierto que no puede desconocerse la historicidad propia de ésta. Es como si a lo largo del tiempo una persona se cambiara el nombre y el apellido por el sólo hecho de cambiar un tanto su carácter o su apariencia física.
El castellano es un idioma cuasifonético, pues existe en gran parte una estrecha relación entre lo que se pronuncia y lo que se escribe. Caso opuesto es el inglés: las normas de pronunciación son menos pegadas a su escritura, pero no por ello se ha propuesto cambiar aquella particularidad.
Una reforma ortográfica basada en estas dos razones deja mucho que pensar.
En cuanto a la ortografía literal, existen dos subvertientes: por un lado la que se conoce como "propuesta extremista de representación fonémica", la cual propone eliminar la "h" (excepto en el grupo "ch"), eliminar "ll" y sustituirla por "y", y usar "s" cuando su sonido sea /s/ o la interdental (que sólo se usa en la península). Algo que llama la atención es que se propone mantener "ll" en los hablantes que lo realicen fonéticamente. Uno se pregunta ¿no debe ser una lengua convencional? Si alguien lee "yuvia" y "lluvia" podría pensar que se trata de dos vocablos diferentes con significados diferentes.
Por otro lado está la "propuesta moderada de representación fonémica" que no es tan moderada, pues busca eliminar las grafías "v", "w", "k", "x" (cuando suena como "j"), "h" (excepto en el grupo "ch"), además de sustituir je y ji por ge y gi, ze y zi por ce y ci, ll por y, y (cuando suena /i/) por i, r por rr cuando suena como la vibrante múltiple, la ñ por nh y la m por n antes de consonante.
Desde otra perspectiva, se plantea una reforma acentual: es decir, en aquellas tildes que a veces tanto incomodan. En lugar de aprender todas las reglas, siempre se pondría la tilde donde se hace la fuerza acentual en todas las palabras.
Estas propuestas han tenido colaboradores y detractores. Por unas y otras razones, nunca se han adoptado, ninguna de ellas.
Un cambio en la norma del idioma (y más en uno que se constituye como la lengua oficial de más de veinte naciones) no se puede dar de un momento para otro, ni mucho menos de manera tan radical.
Hace unos años leí un artículo muy interesante al respecto, artículo que transcribo a continuación.


PESADILLA EN KLASE
Por Dalton Edwards
(publicado en 1946)

Como aún soportamos algunas de las cicatrices de nuestra pequeña escaramuza con la asignatura, es natural que nos sintamos encantados con la actual campaña del señor George Bernard Shaw a favor de un alfabeto simplificado.
Obviamente, como señala el señor Shaw, la ortografía necesita un repaso y una simplificación general. Sin embargo, nuestra resistencia al cambio requiere una gran cantidad de esfuerzo mental, y eso causaría que viéramos con cierta aprensión la posibilidad de recibir algún día un periódico impreso en chino.
Nuestro plan conseguiría el mismo fin que la legislación propuesta por el señor Shaw, pero de una manera menos chocante, ya que consiste simplemente en una aceleración de los procesos normales por los cuales el lenguaje se moderniza continuamente.
Como agente catalizador, sugeriríamos que se proclamara una Semana Nacional del Lenguaje Fácil, que inauguraría el presidente, donde se destacaría alguna simplificación para concentrarse durante la semana, y que sería adoptada durante el año siguiente. Todos los escolares tendrían vacaciones, y el tiempo perdido sería equivalente del ganado con la ortografía simplificada.
En 1946, por ejemplo, insistiríamos en la eliminación de la “h” muda, que de nada sirve, y la supresión de la “v” que reemplazaríamos siempre por “b”. Obbiamente, esa mejora sería celebrada en todos los círculos de ombres con mentes cíbicas y se consideraría que merece la pena, y los estudiantes de todas las ciudades serían aora receptibos acia cualquier cambio que eliminara la necesidad de aprender la diferencia entre dos letras, "b" y "v", y la comodidad de no tener problemas al olbidar las "h" intercaladas.
En 1947, sería posible sustituir la letra "c" por "k" en los sonidos donde ambas letras se pronuncian idéntikamente. Lo mismo sucedería kon la "qu", donde aorraríamos una letra. Imaginen lo mucho ke se klarifikaría la konfusión de las mentes de los estudiantes kon sólo dos años de este proceso. Ya abríamos eliminado kompletamente una letra del alfabeto. Las mákinas de eskribir y las linotipias podrían ser todas konstruidas kon una letra menos y todo el trabajo y los materiales destinados prebiamente a acer y fabrikar teklas "q" podría ser empleado en elebar el nibel nacional de bida.
En la fase de tantas notables mejoras y abances, es fácil preber ke para 1948 la "Semana Nacional del Lenguaje Fácil" sería un éxito destakado. Todos los eskolares esperarían kon konsiderable excitación la semana de bakaciones y kon publicidad nacional se anunciaría ke la doble konsonate "ll" dejaría de existir, y ke a partir de aora se eskribiría "y" en todos los bokablos.
Yegado 1949, el interés públiko en un alfabeto fonétiko puede esperarse aumentado asta el punto en ke se podría dar un kambio más radikal sin temor a las krítikas. Urgiríamos por tanto al empleo de la letra "j" siempre ke el sonido de la "g" suene komo tal. Eso ajilizaría un proceso donde no abría ke eskojer entre dos letras para un mismo sonido, kosa molesta en el lenguaje.
Kon tantos desarroyos ya echos, kedaría el nuebo paso de sustituir la letra "c" por "z" en todas las restantes okasiones, kon lo kual sería por fin posible eliminar otra letra kon este nuebo kambio, y el prozeso abanzaría azia su finalizazion kasi perfecta.
En 1951 podríamos dar un último paso adelante. Komo la letra "c" abría desaparezido en todo momento exzepto en el empleo de la "ch" y komo la "h" sólo se emplearía para esta okasión, sujeriríamos ke en la Semana Nazional del Lenguaje Fázil se botara por la sustituzión de la "ch" por la "c" simplemente. Kon ese nuebo kambio, eskucando las bozes sensatas y distinguidas ke nos an prezedido, nos kedarían palabras komo las siguientes:
chocolate se eskribiría cokolate,
llamativo por yamatibo,
ciclomotor por ziklomotor.
Todas las dibersas formas de eskribir un sonido ya no existirían, y siempre se sabría exaktamente kómo ejekutar la grafía de kada nuebo bokablo.
Kontinuando kon este prozeso, año tras año, y kon la fuerza ke da la kostumbre y la edukazión, alkanzaríamos finalmente un lenguaje realmente sensato. Azia 1975, nos abenturamos a dezir ke no abría más faltas de ortografía ni más komplikaziones, pues no abría dos letras diferentes para indikar un úniko sonido, e inkluso, el uso de la diéresis kedaría obsoleto. Kreemos ke el señor Co se sentiría enormemente feliz y realizado al komprender ke sus sueños se konbertirían al fin en una realidad; el zielo en la tierra.

Recomiendo leer el artículo La reforma de la ortografía del castellano.
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