Para muchas personas ni siquiera es una profesión, no como la del médico, el abogado o el ingeniero. Pero para nosotros es mucho más que eso, a veces se llega a convertir en nuestra vida. Quizás los momentos más agradables de mi vida adulta los he pasado en un salón de clases compartiendo con un grupo de muchachos expectantes de conocimiento. Y es ahí cuando uno se da cuenta de que no se equivocó.
Para todos los que piensan igual que yo, un feliz día.